La importancia de la autorregulación emocional y conductual en hipoterapia: punto de partida del plan de intervención

Durante mis días prácticas en Hipoterapia Luna de Aragón me he fijado en cómo la autorregulación emocional y conductual de los usuarios influye en el desarrollo de las sesiones, en el vínculo que se adquiere con los terapeutas y en la seguridad que se obtiene del trabajo con el caballo. A través del diario de campo y reuniones con el equipo, se detectó una necesidad clara: fortalecer rutinas, mejorar la atención sostenida y acompañar de forma más ajustada las desregulaciones que pueden aparecer durante las sesiones.

A lo largo de las semanas de observación directa se identificaron patrones recurrentes en muchos usuarios: dificultades de atención sostenida, oposición ante transiciones, frustración frente a límites y conductas disruptivas puntuales (gritos, tirar objetos, desregulación emocional). Esto no solo dificulta la participación del usuario en la actividad, sino que puede comprometer su seguridad, la del caballo y la del equipo.

Los profesionales del centro manifestaron de forma explícita su necesidad de contar con pautas psicopedagógicas claras que les permitieran intervenir de forma coherente y respetuosa sin comprometer el vínculo terapéutico, un pilar fundamental de la hipoterapia. Las familias confirmaron esta lectura: valoran profundamente el trato humano, la empatía y la capacidad del equipo para sostener situaciones emocionales intensas, pero también reconocen la importancia de acompañar estas dificultades desde un enfoque educativo.

De esta manera, tras hablarlo con el equipo y revisar las necesidades del reto 2, se van a llevar a cabo pautas que se pueden implementar con un gran número de usuarios y que tienen un impacto directo en la calidad y fluidez de las sesiones como son la estructuración de las rutinas para reducir la incertidumbre, la regulación emocional mediante pausas seguras y guiadas y la gestión conductual positiva utilizando el refuerzo positivo para cada usuario.

El análisis del problema ha evidenciado que la autorregulación no es únicamente una competencia individual del usuario, sino un proceso relacional y contextual que requiere de una mirada psicopedagógica integral.

En hipoterapia, donde el bienestar emocional repercute directamente en el vínculo con el caballo y en la seguridad, este tipo de intervención se vuelve especialmente significativa. Siento que elegir esta necesidad ha sido un acierto porque permite un impacto real en el día a día del centro y las vidas de los alumnos, además, aporta herramientas prácticas a los profesionales, respetando la esencia afectiva y humanizada del trabajo que realizan.

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